Actividad 5
Semana del 26 de abril al 3 de mayo
"Muchachos, ¿tenéis pescado?"
Eh... ¿De qué estás hablando? Sí, supongo que en la nevera mi madre tendrá algo...
¿Pescado? ¿será que los catequistas ya no saben qué inventarse?
¡No, no!😊 Leí hace tiempo que un sacerdote decía: "Tan sencillo es el paraíso de Dios que no es sino un convite con un pescado asado." ¿Pero cómo se le ocurriría esto?
¡Muy sencillo!
- ¿Tienes Biblia? Vamos a sacarla de la estantería y a darle un poco de uso.
- Busca Jn 21, 1-14.
Esta semana vamos a leer este trocito del Evangelio con calma.
Seguro que todos celebrasteis la Semana Santa con el corazón lleno de sensaciones: Por un lado, no podíamos vivirla con rutina, como la hemos hecho muchos años; teníamos la preocupación de la cantidad de gente enferma que estaba muriendo, incluso también de nuestros familiares o conocidos. Además, ver la misa en la tele no es lo mismo...
Ahora que ya han pasado un par de semanas vamos a pararnos y a darnos cuenta de algo: ¡JESÚS HA RESUCITADO!
Y eso tiene mucho que decir a nuestra vida. Sin la resurrección no tendría sentido nuestra fe.
Pero ¿cómo se puede saber qué quiere decir esto? Vamos a ver qué supuso la resurrección de Jesús para los apóstoles, los que habían vivido tan cerca de Él.
- ¿Qué sabemos de los apóstoles?
Pues, la verdad, de antes de que se encontraran con el Maestro, sabemos muy poco... Era gente bastante normal. No salían en las revistas de la época ni tampoco eran youtubers. (¡Va a resultar que sí que tenemos alguna cosa en común con ellos!)
Unos eran pescadores, otros recaudaban impuestos, ninguno tenía un super-puesto en ninguna empresa.
En cuanto a las personalidades... Había de todo: unos siempre tenían ganas de liarla, otros eran más buenecitos, entre ellos había quien hablaba antes de pensar y también quien no abría la boca... ¡alguno, incluso, se pasaba de listo de vez en cuando! Pero, en general, eran "buena gente".👍
Piensa en tu grupo de amigos, seguro que reconoces alguna de estas cosas en ellos.
Pero encontrarse con Jesús supuso un giro radical en cada una de sus vidas. Dejaron todo lo que tenían y se fueron con Él. ¡No le preguntaron ni siquiera a dónde iban! Se fiaron porque entendieron que Él merecía la pena. Hacer eso mismo por cualquier otro que no sea Jesús es estar loco de remate.
Bueno, pues... digamos que se la perdieron 😲😲😲 En cuanto vieron que la cosa se ponía fea, y que se llevaban a Jesús, desaparecieron. Los Evangelios no cuentan nada de ellos (solo mencionan a Juan, que estaba al lado de María en la hora de la cruz) hasta que empiezan a llegar las primeras noticias de las mujeres que han ido a visitar el sepulcro y han encontrado que Jesús no estaba allí.
- ¿Y Jesús les perdonó que no hubieran estado con Él?
- Y ellos, ¿qué hicieron después?
Para que ellos entendieran lo que estaba pasando, Jesús tuvo que pasar tiempo con ellos. A nosotros nos pasa también: Queremos que Jesús nos enseñe algo o cambie una situación de un instante a otro, pero Él comprende (mejor que nosotros) que tenemos necesidad de tiempo para asimilar.
Por eso Jesús Resucitado se apareció durante 40 días. Ellos nunca sabían cuál iba a ser el momento para verle.
Los ánimos de los apóstoles iban y venían...Unas veces se entusiasmaban de alegría y otras perdían la esperanza por completo al darse cuenta de los retos que tendrían que afrontar.
En esas estaba Pedro cuando, al principio de este pasaje dice al resto del grupo "Me voy a pescar"
Ahora que ya estás un poco situado, sigue leyendo tú. (¿Te has acordado de pedir al Espíritu Santo que te haga entender lo que hoy Jesús te quiere decir a ti?)
Imagínate que tú estás allí, que eres como Tomás o como Natanael ¿Qué sentimientos crees que tendrían en el corazón? ¿Tú también hubieras salido a pescar con Pedro?
¿Qué sensación produce esforzarte mucho en algo y ver que no sale como tú quieres?
"Estaba ya amaneciendo"
Así llega siempre Jesús, haciendo que lo que es noche y tristeza en nuestras vidas pase poco a poco a convertirse en luz, en consuelo.
¡Y se encuentran con lo inesperado! La señal de que Él está es que pescan un montón de peces, más que los que hubieran recogido en toda la noche de faena.
Pero ¿crees que los discípulos se dieron cuenta de que era Jesús? Ya les había pasado algo parecido antes, así que supongo que algo se olerían. Pero solo uno se atreve a decirlo en alto.
¿Por qué salta Pedro de la barca? ¿Qué crees que sentía? Imagínate cómo debió de ser su cara cuando por fin llegó a la orilla y miró a Jesús a los ojos...
¡Y resulta que Jesús les había preparado el desayuno! Cuando le preparas la comida a alguien es porque le quieres mucho, ¿no? Y cuando te la preparan a ti, te la comes lleno de agradecimiento, en un clima de amistad, donde puedes compartir lo que piensas, sientes...
¡Ahora te toca a ti!
Mándanos tu reflexión sobre este pasaje del Evangelio. Puedes contarnos qué te has imaginado, qué crees que te quería decir Jesús, qué te ha impresionado...¡Siéntete libre!
¡Esperamos tu respuesta!
¿Cómo me pongo en contacto con vosotros?
Formulario
Comentarios
Publicar un comentario